viernes, 28 de agosto de 2009

BKF


Concebido en los finales del 1938 por tres jóvenes arquitectos: el catalán Antonio Bonet Castellena (1913-1989) y los argentinos Juan Kurchan (1913-1975) y Jorge Ferrari Hardoy (1914-1977), al instalarse en nuestro país, después de haber trabajado juntos en el estudio parisino de Le Corbusier. Su diseño original se basaba en una estructura de hiero, con cuero colgado a modo de asiento, (encargado al reconocido talabartero Rossi Carusso, afamado por sus monturas de equitación). Construida en hierro redondo macizo de 12.7mm de diámetro fabricados con dobladoras hidráulicas semiautomáticas de precisión en el curvado, todas las uniones se realizaban con máquinas automáticas y la terminación es pulida a mano. El principio generador del diseño era que a sentarse, el peso del cuerpo de una persona puede adoptar varias posiciones desestructuradas y experimentar la sensación de estar como en una hamaca. Su morfología estructural entrega un dinamismo constante, que se contrapone a la acción de descanso e impulsa a la persona a dejarse caer en su asiento, recostarse, hasta de llegar a una posición fetal.
El éxito fue inmediato: fue presentado en el primer Salón de Artistas Decoradores de Buenos Aires (1943), llevándose el 1º puesto. Esto no pasó inadvertido para el curador del MoMA, Edgard Kaufmann, quien adquirió dos ejemplares para la colección permanente del museo neuyorkino. En 1944 uno de ellos obtuvo el premio Adquisición MoMA, y en 1945 lo presentaron en el pabellón Jeu de Paume de Paris. Allí, luego de verlo, un director de una revista de arquitectura, comenzó a reproducirlo para venderlo con el nombre Sillón AA, pero ésto a diferencia de lo ocurrido en EEUU por Artek-Pascoe, no beneficiaba económicamente a sus autores originales, quienes más preocupados por la estética que por la explotación comercial se olvidaron de patentarlo a tiempo.
Su popularidad se debe al alemán Hans Knoll, hijo de un conocido fabricante de muebles, quien durante la segunda guerra comenzó a fabricarlo masivamente. En 1946, el sillón se había convertido en uno de los más exitosos modelos de la compañía.
Recibió varios nombres: Butterfly Chair, Sillón Argentino, Haydoy Chair entre tantos, y según los especialistas, promediando los ’50, solo en los Anglés se fabricaban tres mil unidades por semana.
Como un buen clásico, el BKF, a lo largo de sus 70 años, ha recibido numerosos homenajes, y su vigencia sigue intacta, inspirando incluso a nuevas versiones: desde su modelo plegable, uno para exteriores realizado en cemento, o tomando al forma de una mochila.
Su síntesis, versatilidad y atemporalidad lo convierte en uno de los diseños industriales modernistas más reconocidos del último medio siglo, y sin lugar a dudas el objeto argentino más conocido del mundo.



Fuente: Para ti Deco / Wikipedia

lunes, 20 de abril de 2009

Pritzker 2009: Peter Zumthor


“Peter Zumthor es un maestro de la Arquitectura, admirado por sus colegas alrededor del mundo por un trabajo que tiene un objetivo, y que es excepcionalmente determinado. Todo en los edificios de Peter Zumthor tiene una presencia fuerte, atemporal. Tiene un talento único para combinar el pensamiento claro y riguroso con una dimensión verdaderamente poética, lo que da como resultado un trabajo que nunca deja de inspirar”. Fueron las palabras empleadas por Thomas J. Pritzker, director de la Hyatt Foundation (responsable de otorgar el galardón) al anunciar el domingo 12 de Abril en los Ángeles, el nombre del ganador del prestigioso premio.

Nacido en Basilea, Suiza en 1943, hijo de un fabricante de muebles y maestro ebanista, Zumthor estudio diseño en su ciudad natal y luego en el Pratt Institute de Nueva York. Su clara intención de incorporar la calidad artesanal a la obra arquitectónica, habría surgido de su época de aprendiz de ebanistería, y será su sello particular a lo largo de toda su trayectoria profesional, desde su primera obra conocida La capilla Saint Beendict, a orillas del Rhin(1989), pasando por Las Termas de Vals, Suiza (1996), Art Museum Bregenz, Austria (1997), El Pabellón Suiza – Expo 2000, Alemania, (2000)

El arquitecto suizo declaro sentirse sumamente halagado de recibir tamaño reconocimiento, a una carrera profesional de casi 30 años, en los cuales a regado sus obras por Alemania, Austria, Holanda, Inglaterra, España, Noruega, Finlandia, EE UU. y su Suiza natal. “...Que un trabajo tan pequeño como el nuestro sea reconocido en el mundo profesional nos hace sentir orgullosos y debería dar mucha esperanza a los jóvenes profesionales, ya que si buscan la calidad en su trabajo se harán visibles sin ningún tipo de promoción especial...”



Considerada su obra maestra, Las Termas de Vals, un complejo de hotel y baño termal (que incluye spa, tienda, sauna, solarium), ubicado en un rincón alejado de los Alpes suizos en la frontera con Italia a poco mas de 1200 mts sobre el nivel del mar, es uno de los mayores logros de la arquitectura suiza contemporánea.
El complejo termal se sitúa en la loma de una pronunciada ladera del valle, integrándose con ella y apareciendo con forma de búnker con una serie de perforaciones desde las que se puede contemplar el paisaje de todo el valle.
Los materiales empleados se sintetizan en la piedra y la base de concreto, dominando piso, muros y recubriendo baños y piscinas. La unidad total entre concreto y piedra, (actuando como encofrado del concreto en muchos casos) es un perfecto sello minimalista del arquitecto.


«Montañas, piedra, agua -construir en la piedra, construir con piedra, dentro de la montaña, construir fuera de la montaña, estar dentro de la montaña–, ¿cómo pueden ser interpretadas las implicancias y la sensualidad en la asociación de estas palabras? ¿Arquitectónicamente? Todo el concepto fue diseñado siguiendo estas preguntas; y todo aquello tomó forma paso a paso.» Peter Zumthor.

El resultado de estas preguntas fue una perfecta metáfora arquitectónica. El interior de las Termas emula el interior de la tierra, con espacios iluminados cenitalmente mediante unas grietas que introducen una luz irreal. También aparecen los vasos de spa y termas como si fueran lagos de agua subterránea en el interior de una cueva, generando espacios de descanso y quietud adecuados para su uso.


Lord Palumbo, presidente del jurado del Premio Pritzker, compuesto por arquitectos, artistas, escritores, académicos y diseñadores, ha dicho sobre Zumthor: “ Tiene una gran habilidad para crear lugares que son mucho más que un simple edificio. Su arquitectura expresa respeto por la primacía del lugar, el legado de la cultura local y las lecciones imposible de valorar de la historia de la arquitectura. En las habilidosas manos de Zumthor, como en las de otros artesanos consumados, los materiales son usados en una manera en la que se celebran a sí mismos, sus cualidades únicas, todo al servicio de una Arquitectura de permanencia.”


El galardón, creado en 1979 por Jay A. Pritzker, que se entrega anualmente a un arquitecto vivo que haya contribuido al enriquecimiento de la Humanidad, consiste en una medalla de bronce y cien mil dólares (75.000 euros). La ceremonia de entrega del considerado el Nobel de la Arquitectura, se realiza cada año en una ciudad distinta, y en esta oportunidad, el 29 de Mayo Buenos Aires será la anfitriona.








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